La sastre entre bambalinas

Hoy tenemos el privilegio de charlar con Marisé Loureda, una figura importante en la sastrería de A Coruña que lleva 26 años colaborando con la Ópera de la ciudad . La estela de su trabajo nos lleva detrás del escenario, semanas antes de que la primera representación llegue al público. 

Todo comienza con la llegada de los camiones que transportan las prendas ya confeccionadas. Cuando llegan, lo primero es sacarlas y clasificarlas. Se colocan en grandes burros y se etiquetan para facilitar el trabajo posterior. El siguiente paso es convocar las pruebas de vestuario, teniendo en cuenta que entre solistas ,coro y figuración, hablamos de un rango de 60 a  80 personas, dependiendo de la representación. Aunque alguna vez el vestuario puede hacerse a medida, no es lo habitual, y son los sastres residentes en cada Ópera los encargados de ajustarlos. Uno se imagina que tal mastodóntica tarea correrá a cargo de todo un ejército de operarios, pero no, el equipo de vestuario se reduce a dos personas. Preguntamos a Marisé de dónde vienen entonces los trajes, y nos responde que en muchas ocasiones de los grandes templos del figurinismo en España, las famosas Peris Costumes  y Sastrería Cornejo. Situados en Madrid estas dos sastrerías son referentes mundiales en vestuario para cine, teatro, ópera … como se puede apreciar en sus perfiles de instagram.

En este punto de la entrevista nos revela una de las cosas más curiosas con respecto al ajuste de prendas. Después de que el figurinista o encargado de vestuario haya elegido la talla más próxima a la del  solista que lucirá la prenda, pueden aparecer dos escenarios, que ésta sea demasiado pequeña o grande. En previsión de lo primero, las prendas suelen venir acompañadas de trozos de tela sobrante para poder añadir piezas al patrón y aumentar contornos, largos … pero la verdadera dificultad surge en el segundo caso. Las prendas no pueden ser cortadas, con lo cual se necesita de una maña especial para poder ocultar el tejido sobrante sin deformar la silueta, todo un arte que Marisé Loureda lleva más de 30 años perfeccionando, imaginaos pasar de una talla 50 a una 34 sin cortar ni un ápice de tejido. 

Mientras transcurren los ensayos, musicales y luego de escena, se realizan estos arreglos. El día del estreno y en todas las funciones estarán presentes entre bambalinas las sastres que deben estar atentas a cualquier contratiempo, y listas para actuar por si algo falla, no sería la primera vez que se rompe alguna pieza mientras el solista está en escena. 

A la pregunta de cuál es el vestuario más impresionante con el que ha trabajado, Marisé hace referencia a la puesta en escena de la ópera Turandot, a cargo del oscarizado director de cine chino Chen Kaige, Mitridate Re di Ponto del británico Sir Graham Vick o cualquier opera de Pier Luigi Pizzi, se trata de algunos de los mejores directores, escenógrafos y diseñadores de vestuario del mundo. Aunque la lista de celebridades con las que ha trabajado esta sastre es bastante abultada, ella siente especial admiración hacia Pizzi, una suerte de Balenciaga que es director, escenógrafo, diseñador de vestuario y puestita de óperas en italiano, y en palabras de Marisé un director que lo hace todo.

Marisé Loureda es docente de la asignatura de confección en nuestros Estudios de Diseño de Moda.

Foto de portada Laila Gebhard en Unsplash