El talento y el buen rollo

Si te interesa la moda o simplemente ves cualquier cosa que den en Netflix es posible que hayas topado con Next in Fashion, un concurso ligero que destaca por ofrecer una cara desconocida de la moda, la del buen rollo, y por la sorprendente destreza de sus concursantes. 

He de reconocer que me he visto medio concurso en una tarde, en primer lugar porque no requiere prestar mucha atención pero tampoco es un contenido para acompañar la siesta, que como mucho me hubiese dado para dos horas. La fórmula es sencilla, varios concursantes, todos ellos diseñadores profesionales, van superando retos que en realidad son siempre el mismo, diseñar y elaborar un look en tiempo récord, normalmente dos jornadas. En cada capítulo la organización propone un tema diferente e invita a alguna figura destacada del mundo de la moda para que eche una mano con la decisión final. 

En la primera fase los participantes compiten por parejas, los 18 conforman una amalgama de culturas y razas a la que el mundo de la moda está más que acostumbrado y el resto también debería. La moda distingue de  estilos, algunos asociados a determinados folclores e identidades nacionales, pero es diversa, transversal en integradora como pocas disciplinas, no por nada, ha servido desde hace siglos como  refugio para las mentes subversivas, de Elsa Schiaparelli a Kaney West. La moda sublima al individuo y como tal abomina del colectivismo. Ver tanta diversidad y que a nadie le importe un comino es ya de por sí una experiencia recomendable. 

Aquí lo  que cuenta es la destreza y el talento a la hora de elaborar los diseños. Resulta reconfortante como se recupera la visión holística del diseñador de moda. El que idea, dibuja, resuelve problemas de diseño, realiza el patrón, corta el tejido y confecciona las piezas.  Desde que Henry Ford inventó la cadena de producción esta visión clásica del diseñador de moda ya no es tan habitual, y aunque cueste creerlo muchos creadores no vuelven a tocar una máquina de coser después de abandonar la escuela de diseño. 

Otra de los aspectos reconfortantes de Next in Fashion es la elevada calidad humana de sus participantes que sin caer en el melodrama muestran solidaridad y profundo respeto por el trabajo de los demás. Y estamos hablando de profesionales de la moda, dueños de sus propias marcas, directores creativos de otras y con una clientela que va desde Beyoncé a Nicky Minaj … 

Los productos culturales son los síntomas de una época, de una sociedad concreta, y ver entretenimiento como este es la señal más clara de un espíritu constructivo, diverso y solidario que parece calar en el este final de la década de los 20,en muchos ámbitos y también en el de la moda.